sábado, 11 de enero de 2025

Página blanca

Lentos, pachorrudos… ¡Y de cabeza!

 

Esta página era blanca. La activaron las letras y las ideas.

Pensar, rara avis del paisaje nacional. No pensamos ni en defensa propia, actuamos por instinto, sin meditar las consecuencias de una buena parte de nuestros actos. Siempre me he preguntado: ¿a dónde podríamos llegar los mexicanos si usásemos bien nuestro cacumen?

Esto debe ser definitivamente ocioso, ya que supone que un gordo sea flaco, o algo parecido. El gordo podrá ser flaco, pero después de un largo periodo de dietas y ejercicios. Se me acercan otras preguntas: ¿Seremos capaces los mexicanos de cambiar? ¿Seremos capaces de hacer el ejercicio y la dieta necesarios para reacomodar nuestro estilo de vida y llegar al peso mental deseado? No sé qué contestar, en verdad no lo sé.

Quiero creer que podemos cambiar y para bien si superamos nuestros complejos y nuestros miedos. Pero a la vez siento esto tan lejano… ¡No encuentro los catalizadores!

En México hay momentos mágicos que muestran al mundo nuestra capacidad, pero también tenemos muchas –demasiadas en realidad- evasiones. El futbol, las papas fritas y la cerveza son en otras latitudes un deporte, una botana y una delicia. Así, a secas, eso son; pero aquí en nuestro suelo soberano y en nuestro mar patrimonial, esos tres elementos constituyen una terapia, una droga y un elixir. Casi podemos soportarlo todo, si dos veces a la semana podemos ver “el juego del hombre”, casi podemos soportarlo todo si podemos ir en una carrera a las quecas, o a los tamales, o a los de maciza, suadero o nenepil. Pensamos mientras aventamos un sabroso eructo: Después iré a jugar mi Melate… Seguro la vida me cambia, ¡mecachis si no!

¿Podríamos ser como somos sin el Melate y la lotería? ¿Podría un paciente terminal con un gran tumor en la cabeza vivir sin anestésicos?

Nos convendría tocar la realidad, pero somos tan buenos gambeteros…

Somos unos malabaristas del pretexto, cuando esto falla todo lo explica la teoría del “compló” ó si esto no funciona, vemos hacia un lado –nunca de frente- pero decimos, deseándolo con toda el alma: “lo mejor está por venir…” ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo saldremos de la lactancia y abriremos los ojos?

 

Esta página era blanca.

La activaron las letras y las ideas.

 

 

ÍÎÏÐ Ë  ÑÒÓÔ

 

 

Autor: Fernando Jorge García Asomoza.

 

México, D.F.

 

 

Escrito el 6 de diciembre de 2004.

Publicado en este blog en la fecha arriba indicada 11 de enero de 2025.