La vida es un felicísimo relajo,
en donde todos caben y cada uno va por su lado
Desde la propia mente cada uno fabrica los barrotes de su jaula.
Al nacer es uno natural, espontáneo, maravilloso, único. Pero instantes después todos se encargan de atentar contra esa naturalidad, contra esa limpieza.
Buscando ser feliz cada uno camina por esta vida y la mueve como cree que logrará esa pretendida felicidad, sin entender que antes debe conocerse bien y comprender que juego está jugando, cuál es el sentido de esta experiencia de encarnarse en la tercera dimensión terrestre.
Pocos son los que se entienden y se definen a sí mismos como buscadores, entonces su experiencia vital se orienta en primer lugar a la búsqueda. Bien por ellos, pues más temprano que tarde encontrarán las respuestas, las razones y las verdades que buscan.
¿Quién soy?
¿Para qué estoy aquí?
¿Qué es la vida?
Lo dicho, las almas inquietas no descansan hasta encontrar las respuestas que buscan.
Mientras, la vida se desenvuelve sin parar en todos los planos de la realidad y cada uno atiende a su juego…
De la Gran Maestra Sam aprendí: “No tomes la vida en serio, se trata realmente sólo de un juego; un magnífico juego, involúcrate despreocupadamente y felizmente en él. ¡Gózalo!”
Si tu vida no se desenvuelve como un festival de loca alegría; revisa, revisa… ¡Tu mente crea los barrotes de tu jaula!
Y quizá tu interpretación, tu manera de entender la vida, lo que vives; la forma en la que llegaste a ella la puedas cambiar para entrar al festival de la alegría; de la loquísima alegría.
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La vida es un juego que no permite la prueba. Por lo tanto, canta, llora, baila, ríe y vive intensamente antes de que la cortina se cierre y la función termine sin aplausos.
Charles Chaplin
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Autor: Fernando Jorge García Asomoza.
Tzakapu, Michoacan.