viernes, 18 de abril de 2025

Somos afortunados


Tenemos las cuatro estaciones de la naturaleza.

…y también las de Antonio Vivaldi.

 

No estas deprimido, estas distraído. Distraído de la vida que te puebla. Con mucha claridad, detalle y contundencia nos lo ha expresado el gran Facundo Cabral.

Estar atentos a la maravilla de la vida en este plano terrestre nos conviene como una prioridad ineludible. Solamente con esa fina atención podremos vivir plenamente y conocer nuestra realidad, darnos cuenta de todas nuestras grandes posibilidades. ¡Somos en verdad seres afortunados!

En cuanto a lo de estar distraído, es importante mencionar que se nos ha provocado y fomentado esa distracción por diseño. Se nos ha distraído siempre, desde la escuela, desde la sociedad, desde la propaganda política, económica, científica, filosófica y cultural. Distraídos somos manejables. Atentos y conocedores de nuestro gran poder y fuerza no podemos serlo.

La vida, la belleza, la armonía, le hablan directamente a nuestro espíritu y nos despiertan para poder ser quienes en verdad somos: seres capaces de crear y lograr lo que imaginemos y nos propongamos concretar. No poco es esto. Por eso se nos distrae.

Estas letras desean provocar una muy sana reflexión sobre la conveniencia de estar atentos a todo, especialmente a lo más importante: nuestra realización como seres autogestivos. Y esta es una tarea permanente, primero para poder hacer los cambios primigenios de botar la basura alojada en nuestra mente que durante tanto tiempo –distraídos, muy distraídos- hemos estado aceptando. Después para entrenarnos en la autogestión; para que todo sea desde nuestro propio centro, libremente elegido y fomentado por nosotros mismos. No es esta una tarea fácil, ni inmediata; requiere un propósito firme. No dejemos pasar más tiempo, hagamos esa faena.

Emerge un nuevo mundo en este tiempo. Y lo hace para que lo diseñemos a nuestro beneficio y conveniencia. Es una llamada como las del teatro antes de iniciar la función. Otra vez vale la pena no distraerse, con gran interés y determinada acción ir a diseñarlo, construirlo y amueblarlo.

Somos muy afortunados. Somos seres creadores de nuestra propia realidad y en esto no hay límites. Por eso nos distraen y buscan mantenernos distraídos.

De niño cuando visitaba la casa de mi maravillosa Abuelita Lupita y le pedía permiso para hacer las cosas que se me antojaban; comer un rico pan dulce o tomar un refresco de su refrigerador, o poder sacar alguno de sus maravillosos juguetes, después de dos o tres veces de pedirle permiso ella me dijo: Sí vuelves a pedirme permiso me voy a enojar contigo, tú puedes hacer lo que quieras. Veo que además de ser mí cariñosa y consentidora Abuelita ha sido también Sabia y Profeta pues expresaba esa maravillosa realidad: ¡Siempre podemos hacer lo que deseamos! De eso se nos ha distraído.

 

La forma más común en que las personas renuncian a su poder es pensando que no tienen ninguno.

Alice Walker

 

ÍÎÏÐ Ë  ÑÒÓÔ

 

 

Autor: Fernando Jorge García Asomoza.

  

 

Tzakapu, Michoacan.