miércoles, 6 de noviembre de 2013

Los tiempos que corren

 
Todo tiempo es nuestro tiempo


¿Y cómo era en tu tiempo abuelita?

Tendemos a considerar que todo tiempo pasado fue mejor, descuidando que de nosotros depende vivir conscientemente el ahora. El pasado ya no es y el futuro no existe, sólo es una idea y cuando mucho una promesa. Todo es un permanente ahora, ¡sólo eso existe!

Quizá esta idea nos recuerde las nociones de física de la escuela en donde el concepto de tiempo condimentaba las formulas para calcular la velocidad, la distancia, etc. Estamos gobernados por relojes y por agendas. Nuestra comunidad socialmente también se rige por las tradiciones que marca el calendario. Hacemos peregrinaciones, llevamos a cabo comidas rituales; y no son pocos los miembros de nuestra sociedad que trabajan una buena parte del año para fabricar lo necesario para el carnaval, la navidad, las graduaciones, los catálogos de temporada. Buena parte de esas celebraciones ahora no nos dicen nada, pero son una costumbre y las seguimos porque siempre se ha hecho así. De una forma similar basados en soluciones para problemas y tiempos idos, queremos armar y dar armonía al presente.

¡A vino nuevo, odres nuevos! A los tiempos que corren respuestas inéditas, creatividad para innovar en soluciones apropiadas para los nuevos problemas. Establezcamos nuevas maneras de hacer las cosas. Es evidente que en esta línea hay mucho por hacer, pues se necesita una nueva manera de trabajar y producir riqueza, una nueva manera de convivir entre los seres humanos, también es necesario un nuevo trato a nuestra Madre Tierra. Este trato debe ser respetuoso y nutritivo.

Los tiempos que corren nos obligan a replantear nuestra relación como seres humanos en natural y sana interdependencia. Ya demostraron su inoperancia, su insensatez los sistemas basados en el consumo a ultranza y el lucro desmedido. Lo superfluo ha tomado el lugar de lo importante.
Hemos permitido que la inercia nos avasalle, urge reflexionar sobre esto.

Una vez más la distracción a la que nos llama nuestra sociedad de la Tecnología y de la Información, nos saca de la atención a las prioridades de nuestra realización como seres humanos.

El tiempo perdido lo lloran los santos.” Decía mi Mamá.

Todo tiempo es nuestro tiempo, ¡todo el tiempo es ahora!


Autor: Fernando Jorge García Asomoza