sábado, 16 de noviembre de 2013

La respuesta del examen

 
Lo más importante de la vida está en nuestro interior

¡Tengo la respuesta del examen! Nos dijo. Pero no le creímos…

Parece que siempre tenemos que responder exámenes. Ahora por si esto fuera poco se han inventado las certificaciones. Ya nuestro lenguaje perdió sentido, dudamos de su significado y así vamos a la deriva. Esto es muy claro en el ambiente político: “Vamos a ver que nos quiso decir el Gobernador…” o la tristemente célebre declaración del vocero presidencial mexicano de hace unos años: “Lo que el Presidente quiso decir…” Así está nuestra comunicación y por lo mismo nuestra relación interpersonal y comunitaria. No es de extrañar que esto pase si orientamos nuestra búsqueda de lo importante de la vida hacia el exterior, haciéndolo así nunca encontraremos lo esencial.

Siempre estamos cuidándonos, sospechamos de todo el mundo, ponemos rejas, ponemos puertas –y las cerramos-, traemos grandes llaveros que son directamente proporcionales a nuestro miedo. No existe ya la confianza ni en nosotros mismos, ¡qué triste y sintomático es esto! Confiar es un vocablo que parece haber sido borrado del diccionario. Y seguramente ésta es la razón por la cual nuestra inseguridad -nuestro temor- se expresa en nuestro lenguaje cotidiano y no estamos seguros de lo que oímos y tampoco de lo que decimos.
El miedo se elimina con Amor, eso lo hemos escuchado, lo hemos leído en los libros sagrados de todos los pueblos de la tierra; nos lo grita nuestro Yo Interno; ¡pero no le creemos!  ¿Por qué es tan difícil creerle a nuestro corazón? ¿Por qué no hacemos caso de lo que nos aconseja nuestra conciencia?

¿Te parece que el mundo está muy mal? ¿No checa con lo que deseas en tu interior? Deja de guiarte por lo externo, regresa a tu naturaleza intrínseca y rige tu vida por ella; te dará mucha alegría ver y sentir como cambia el mundo cuando tú cambias y eres congruente con tu esencia. ¿Quieres vivir en paz? ¡Se pacífico! ¿Quieres recibir apoyo? ¡Apoya a todo el que se cruce en tu camino! ¿Quieres vivir sin miedo? ¡Ama! ¡Ama incondicionalmente todo! Vive así y cambiarás al mundo, porque el mundo que ves es una proyección de tu mundo interno, de tu mente.

No perdamos el tiempo repartiendo culpas, no hay culpables; ver la culpa es distraerse. Todos tenemos que hacer nuestro trabajo: reconstituirnos desde nuestro interior y vivir en consecuencia, así el mundo será el que deseamos.

Imagínate la maravilla de vivir en franca solidaridad con los demás, imagínate un mundo de cooperación y en armonía. Fer es un utopista, me parece escuchar que dices, quiero hacerte reflexionar que por creer que no es posible, vivimos lo que ahora tenemos. No podemos crear algo en lo que no creemos. Si creemos individual y colectivamente que un mundo que funciona con solidaridad y en armonía es una utopía, continuará siendo exactamente eso.

Todo es posible para el que cree. Cuántas veces hemos sido testigos de que mientras la mayoría creían que algo era imposible, el utopista –el que sí lo creía posible y trabajaba para concretarlo- lograba materializar su idea. Sucedió así que el hombre voló por los aires y por el espacio, navegó sobre y bajo las aguas, se comunico si hilos…  Así se ha construido la historia. Los grandes logros de la humanidad se han debido a los benditos locos que no aceptaron que lo que deseaban lograr era una hermosa utopía.

Y desde el principio nuestro sabio Niño Interior nos dijo: ¡Tengo la respuesta del examen! Pero no le creímos…


Autor: Fernando Jorge García Asomoza