Cada
día es una nueva oportunidad
A lo largo de mi vida observar –vivir más bien- el amanecer
o el atardecer ha sido de los momentos que con alguna clase de hechizo me han
permitido importantes reflexiones y recuperar la paz. Trato de no perder esta
liturgia para iniciar o cerrar el día. La belleza de estos momentos es capaz de
conjurar cualquier problema, de situarlo en su justa dimensión, de colocarlo
como una oportunidad para mi crecimiento. Reto a cualquiera a que permanezca indiferente
ante estos cotidianos regalos de Mamá Naturaleza.
Siempre es posible renovarse y volver a organizar
las herramientas necesarias para el proyecto que nos hemos propuesto. Esto se
hace necesario si las cosas ya no están funcionando bien para nosotros. Nuestro
organismo lo hace en automático si nosotros no lo estorbamos.
¿Está funcionando bien la vida para ti? ¡Qué bueno!
Así debe ser. Si no es así puedes revisar, corregir, volver a tomar otras
opciones o decisiones que hagan que tu vida se desarrolle en plenitud.
A lo largo de nuestra vida tenemos muchos espejos,
de hecho todas las personas que se cruzan en nuestra vida lo son si sabemos
vernos en ellos. También podemos echar mano de la buena cantidad de maestros
que nos rodean, los reinos animal y vegetal están rebosantes de ellos. No soy
injusto con el reino mineral -también está lleno de consumados maestros- lo que
pasa es que si no somos sensibles con los seres que se mueven y con todo lo que
consideramos vivo; menos capaces seremos de atender a las lecciones de lo que
consideramos “inanimado”. Es una realidad que todo reboza energía,
independientemente de que a esta la consideremos vida o no.
¿Has visto a un pájaro o a una flor preocupados? Aún
si a un animal le falta una pata, sigue como mejor puede su vida diaria; no se
sienta a lamentarse y a vivir de los demás.
Todo abona a la cuenta y es importante vivir con
atención y gozo cada momento, no dejar “pendientes”, pero tampoco preocuparse
por el mañana más allá de las necesarias previsiones; me refiero aquí a vivir
temiendo todas las calamidades que podrían suceder en el futuro, actuando así
sólo parece que las programamos en lugar de evitarlas o descartarlas de nuestro
programa de vida.
Te propongo que hagas “borrón y cuenta nueva”, que
despreocupadamente dejes atrás el libro, el dogma, lo aprendido y comiences a
seguir a tu corazón libre y sencillamente para llevar a cabo tu camino. La vida
es sencilla y así se desarrolla. Los seres humanos podemos llegar a complicarla
mucho y padecer las consecuencias de esa bobería.
Te animo a que de golpe dejes la exigencia de
rendimientos superiores –no lo pienses o lo reflexiones, no es necesario- y rescates
el valor de lo sencillo, de lo primario a un ritmo natural, así evitarás el estrés
y recuperarás el poder disfrutar de cada instante de tu vida.
No dejes que se acabe el día sin serenarte para
dormir en paz y descansar, regálate a ti mismo el atardecer de hoy como una
experiencia sagrada.
Autor: Fernando
Jorge García Asomoza