viernes, 28 de febrero de 2014

Amanecer


Cada día es una nueva oportunidad
 

A lo largo de mi vida observar –vivir más bien- el amanecer o el atardecer ha sido de los momentos que con alguna clase de hechizo me han permitido importantes reflexiones y recuperar la paz. Trato de no perder esta liturgia para iniciar o cerrar el día. La belleza de estos momentos es capaz de conjurar cualquier problema, de situarlo en su justa dimensión, de colocarlo como una oportunidad para mi crecimiento. Reto a cualquiera a que permanezca indiferente ante estos cotidianos regalos de Mamá Naturaleza.

Siempre es posible renovarse y volver a organizar las herramientas necesarias para el proyecto que nos hemos propuesto. Esto se hace necesario si las cosas ya no están funcionando bien para nosotros. Nuestro organismo lo hace en automático si nosotros no lo estorbamos.

¿Está funcionando bien la vida para ti? ¡Qué bueno! Así debe ser. Si no es así puedes revisar, corregir, volver a tomar otras opciones o decisiones que hagan que tu vida se desarrolle en plenitud.

A lo largo de nuestra vida tenemos muchos espejos, de hecho todas las personas que se cruzan en nuestra vida lo son si sabemos vernos en ellos. También podemos echar mano de la buena cantidad de maestros que nos rodean, los reinos animal y vegetal están rebosantes de ellos. No soy injusto con el reino mineral -también está lleno de consumados maestros- lo que pasa es que si no somos sensibles con los seres que se mueven y con todo lo que consideramos vivo; menos capaces seremos de atender a las lecciones de lo que consideramos “inanimado”. Es una realidad que todo reboza energía, independientemente de que a esta la consideremos vida o no.
¿Has visto a un pájaro o a una flor preocupados? Aún si a un animal le falta una pata, sigue como mejor puede su vida diaria; no se sienta a lamentarse y a vivir de los demás.
Todo abona a la cuenta y es importante vivir con atención y gozo cada momento, no dejar “pendientes”, pero tampoco preocuparse por el mañana más allá de las necesarias previsiones; me refiero aquí a vivir temiendo todas las calamidades que podrían suceder en el futuro, actuando así sólo parece que las programamos en lugar de evitarlas o descartarlas de nuestro programa de vida.

Te propongo que hagas “borrón y cuenta nueva”, que despreocupadamente dejes atrás el libro, el dogma, lo aprendido y comiences a seguir a tu corazón libre y sencillamente para llevar a cabo tu camino. La vida es sencilla y así se desarrolla. Los seres humanos podemos llegar a complicarla mucho y padecer las consecuencias de esa bobería.

Te animo a que de golpe dejes la exigencia de rendimientos superiores –no lo pienses o lo reflexiones, no es necesario- y rescates el valor de lo sencillo, de lo primario a un ritmo natural, así evitarás el estrés y recuperarás el poder disfrutar de cada instante de tu vida.

No dejes que se acabe el día sin serenarte para dormir en paz y descansar, regálate a ti mismo el atardecer de hoy como una experiencia sagrada.


Autor: Fernando Jorge García Asomoza