Al
final todo se resuelve y el lienzo queda completo
Quizá en tu historia personal tengas más de una vez
la grata sensación de que te preocupas en vano. Sí, no somos pocos los que
aprendimos a preocuparnos por sistema.
Para poder tomarlo todo hay que tener las manos vacías
y la mente receptiva, ser libre totalmente. Los planes acaban sobrando cuando
eres consciente de que todo está dispuesto para que tú lleves a cabo la faena
que viniste a hacer en esta encarnación terrestre. Esta sale de modo natural,
espontáneamente cada vez que eres tú mismo; sin afectaciones, sin necesidad de
impresionar positivamente a los demás, o sin que te preocupe el miedo a
fracasar. No puedes fracasar, nadie puede fracasar siendo él mismo, eso es
imposible. Creo que esto queda patente cuando vemos las obras maestras de los
artistas que engalanan el mundo. A Mozart le bastó sentarse al piano –y/o tomar
cualquier otro instrumento, cuando no toda la gama orquestal- para legarnos
alegría en una música que toca las armonías supremas e infinitas. Miguel Ángel
sólo le quitó lo que le sobraba a algunas piedras para que pudiésemos ver y
emocionarnos con “La piedad” o con “David” o con “Moisés”, y más. A Miguel de Cervantes una cárcel le dio el tiempo para
escribir “El ingenioso hidalgo Don
Quijote de La Mancha”. Cada artista se ha valido de algún pretexto –o
una aparente adversidad- para ser él y para darnos su mensaje. Tú, ¿qué mensaje
nos traes? Anímate a ser y deja el parecer. Goza el ser tú mismo, libre y
desinhibido, fuera de los cánones del “Debe ser” o “Deber ser”, te sorprenderás
del resultado y podremos enriquecernos con tu gran regalo.
Ernesto Duarte nos obsequió una hermosa canción
titulada: ¿Cómo fue? que ha sido
necesariamente incluida en infinidad de serenatas de enamorados galanes que
desean transmitir su emoción a su amada. Nos intriga y deseamos saber ¿cómo
fue? No importa, lo que sí es importante es que sucedió, ¡que dejamos –o
facilitamos- que sucediera!
Permite que sucedan muchas cosas importantes,
hermosas, gozosas en tu vida, sencillamente déjate ser -sé tú mismo-, no
intentes imitar a nadie, no sigas métodos o modelos. Tienes un gran e
importante mensaje que transmitirnos, cosa que sólo podrá darse si eres tú
mismo, esencial y completamente tú. Por favor no nos prives de tu mensaje.
Juega, esta es una buena manera de sacar en
libertad a tu niño interior.
Inténtalo, haz lo que creas necesario, no te
preocupes –ocúpate-; guíate por tu deseo, por tu intuición y podrás lograrlo.
Tus aportaciones enriquecen al universo, este las necesita para estar completo y
ser más hermoso. Además la pasarás muy bien y te divertirás mucho.
Después de terminar tu faena –de entregarnos tu
mensaje- te sentirás feliz y nosotros agradeceremos y disfrutaremos tu legado; podrás
descansar satisfecho. No importa ¿cómo?, ¡habrá sucedido!
Autor: Fernando Jorge García Asomoza