viernes, 10 de octubre de 2014

Ocurrencias del Señor García… -Ma non troppo-

 
Te lleva… Sí, ¡pero te trae también!

 
Rondaba el Señor García por su solar, cuando cayó en la cuenta de que por ser de noche no era fácil distinguir los colores de las cosas, no así sus olores y textura, e incluso su sabor. Parecía también que la noche purificaba el sonido. “¡La luz pinta los colores!” Carajo, ¡es así! Y entonces se dio cuenta, lo sintió, una luz había salido de él; misma que pintó su mundo.
Siguió su ronda cantando y bailando de alegría, la luz que salía de él le hacía ver todo con más intensidad y detalle. Y al proyectar su luz interior daba color al orbe, pero también se percató de que la luz que de él emanaba no sólo pintaba los colores del universo, sino que también lo modelaba… ¿Cómo? ¡La luz contiene información y es harto poderosa! Y la luz que yo emito porta mis ideas, deseos y emociones; ¡se materializa! ¡Es magnífico! Y comenzó a jugar con sus creaciones, gozaba al hacerlo y bendecía su descubrimiento.

De noche el Señor García creó un día luminoso y vibrante. Puso y quitó lo que quiso, todo a su antojo y nada de lo que le podía disgustar permanecía. Y también deshizo el tiempo.      

Al Señor García se le ocurrieron muchas cosas y sacó de su mundo las moscas, los moscos y las cucarachas, no así a los otros insectos. Quitó muchas cosas a las que no se había acostumbrado y puso muchas otras nuevas. Colocó por ejemplo macedonias y platones con chocolates.
Muchos al pasar le gritaban: “Oiga Señor García, está usted con sus caprichos atentando contra el orden, mire que va a desbalancear el mundo y se le va a caer el teatrito. Fíjese bien lo que hace porque le va a salir caro levantar lo roto y limpiar el caos que tendrá…
El Señor García les saludaba y sonreía cordialmente. Fue importante para él respetar las creencias y miedos que los demás portaban en su luz, total –dijo- si algo no me gusta; siempre puedo cambiarlo.



Autor: Joaquino Calamaro.
 
   
Alcayola da Verasera, Rivasarta.