sábado, 22 de febrero de 2025

Títeres

 

Un titiritero es un comunicador por definición

 

Desde tiempos muy antiguos los títeres han acompañado a la humanidad.

El teatro guiñol siempre ha tenido un encanto muy especial para mí, lo he disfrutado mucho y ha llevado mi emoción a contrapunto. 

Las historias pueden ser cualesquiera y el personaje se toma de los existentes o se fabrica a modo, encantador y muy potente es esto para trasmitir un mensaje.

El muñeco o personaje en sí es una belleza y una proeza de ingenio, tanto por su expresión, en su forma, como en la manera en la que se construye y mueve para hacer su actuación.   

Hay títeres sobre y para cualquier tema, además pueden construirse de inmediato los que hagan falta. Un pastor con su rebaño lleva un actor en cada oveja o cabra; y un concierto de expresión en el conjunto. ¡Emocionante en extremo! Tanto lo es para el titiritero como para cada uno de los espectadores.

Puede haber un teatrino detallada y funcionalmente exquisito, pero puede también actuarse en cualquier calle o terreno.

La marioneta es un actor multifacético y puede trabajar en todos los géneros. Como todo en la maravilla que es el teatro cada función es única e irrepetible.

Otra gran cualidad es que el monigote puede ser una obra de arte, llegando a detalles sorprendentes.

La experiencia de manejar un títere es algo mirífico y retador; sacará muchas cosas de ti mismo y te llevará a la motricidad fina que quizá nunca has adquirido o perdiste ya hace mucho tiempo. 

Te animo a ir a un mercado para adquirir uno o varios de ellos. Su precio será una de las mejores inversiones que hayas hecho, comprarás a uno o a varios amigos reales y fieles que paradójicamente en este exclusivo caso sí se pueden comprar.

Tú puedes crear tus propios títeres –además la pasarás de rechupete- será un fin en sí mismo. El inolvidable Gepetto emprendió esta acción y acabó siendo el padre de un niño de verdad.

Es muy interesante como al construir los mundos y los argumentos con muñecos uno mismo se proyecta sacando los anhelos y temores propios; lo que es actual y palpita en su comunidad; o lo que la imaginación le anima a inventar para transitar por caminos nuevos y desconocidos del todo.

Polichinela con joroba o sin ella dice y puede decir mucho, habrá que meterlo al caldo cuantas veces sea conveniente para hacer chistes y alardear.

Bailar con buen ritmo, declamar en gran tono, cantar feliz o estar triste, reír e igualmente llorar; todo cabe en el mensaje y la acción que se puede encomendar al cristobita que moverán nuestras manos, nuestros argumentos y destrezas.

Monigotes más o monigotes menos nuestra vida y emoción se condimentan con las actuaciones de estos entrañables seres que podemos traer a la realidad desde lo inanimado y efímero cuando se descuelgan de la percha en la que se guardan.

Algunos fantoches de carne y hueso intentan aparecer en nuestros hermosos teatrinos y en la escena pública para colar sus mensajes deshonestos, perversos; pero este noble y rancio arte les corta los hilos cuidando que no se pervierta la pureza del espectáculo.

 

Las sombras son el reflejo de nuestra propia oscuridad, de aquello que tratamos de ocultar pero que siempre está presente.

Marionetas de la Sombra

 

ÍÎÏÐ Ë  ÑÒÓԝšœ

 

Autor: Fernando J. García Asomoza.

  

 

Tzakapu, Michoacan.