Corría una tranquila tarde del año de 1975 y me acerqué a platicar con mis Abuelitos Edmundo y Babela mientras ella tejía y él veía su telenovela Barata de Primavera. Este teledrama era protagonizado por la guapérrima Jacqueline Andere cuya belleza mucho emocionaba a Don Edmundo.
Dentro de la plática mi Abuelita dejó quieto el tejido y mi Abuelito fue y apagó la televisión. Y muy serios los dos dirigiéndome directamente la mirada, en voz de Mamá Babela surgió un: Fer te queremos pedir perdón a ti y a todos nuestros nietos por el mundo tan feo que les estamos dejando.
A mis flamantes dieciocho años yo veía exactamente lo contrario; un mundo fantástico, con todo emocionante; aviones, helicópteros, cohetes a la luna, asombrosas casas submarinas hechas por el Capitán Jacques-Yves Cousteau, cámaras de cine a todo color, grabadoras de sonido con casetes y muchísimas maravillas mas. Razón por la cual les dije: Pero si el mundo es maravilloso y les enumeré buena parte de las maravillas que yo encontraba en él.
Mamá Babela insistió en lo terrible y el muy triste mundo que nos estaban heredando... Y yo procedía a recalcar las maravillas que en él encontraba.
Llegó un punto en el que como niña chiquita mi Abuelita me dijo: Pues digas lo que digas el mundo está muy feo, cuando tu Papá y tus tíos eran niños no había tanto mariguano. A esta expresión siguió un largo silencio de los tres. Este silencio por mi parte buscó ya no contradecirles. Y en ellos seguramente fue la manera de dar descanso a su alma por la confesión y el perdón solicitados.
Mucho me ha hecho pensar y hondas reflexiones me ha provocado este evento aquí relatado a lo largo de diferentes momentos de mi vida. Lo primero de lo que me di cuenta es de que cada uno vemos desde nuestra butaca y personal circunstancia la misma película; pero no vemos lo mismo, nos fijamos en lo que se conecta con nuestro particular momento y sus referencias emocionales.
No poco tiempo después al ver felizmente jugar y correr a mis queridos sobrinos en casa de sus Abuelos Chepina y Fernando pensé: pobres niños que feo mundo les estamos dejando... Y de repente en mi mente apareció nuevamente la imagen de mi Abuelita Babela diciéndome a mí lo mismo veinte años antes.
Una definitiva reflexión me hizo ver que ningún tiempo pasado ha sido ni peor ni mejor; sencillamente han sido tiempos diferentes.
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Relator: Fernando Jorge García Asomoza.
Lugar de los hechos:
Privada 5A Sur # 4508, Puebla, Puebla, México.
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