jueves, 20 de marzo de 2014

¿Cómo sucedió?


Al final todo se resuelve y el lienzo queda completo


Quizá en tu historia personal tengas más de una vez la grata sensación de que te preocupas en vano. Sí, no somos pocos los que aprendimos a preocuparnos por sistema.

Para poder tomarlo todo hay que tener las manos vacías y la mente receptiva, ser libre totalmente. Los planes acaban sobrando cuando eres consciente de que todo está dispuesto para que tú lleves a cabo la faena que viniste a hacer en esta encarnación terrestre. Esta sale de modo natural, espontáneamente cada vez que eres tú mismo; sin afectaciones, sin necesidad de impresionar positivamente a los demás, o sin que te preocupe el miedo a fracasar. No puedes fracasar, nadie puede fracasar siendo él mismo, eso es imposible. Creo que esto queda patente cuando vemos las obras maestras de los artistas que engalanan el mundo. A Mozart le bastó sentarse al piano –y/o tomar cualquier otro instrumento, cuando no toda la gama orquestal- para legarnos alegría en una música que toca las armonías supremas e infinitas. Miguel Ángel sólo le quitó lo que le sobraba a algunas piedras para que pudiésemos ver y emocionarnos con “La piedad” o con “David” o con “Moisés”, y más. A Miguel de Cervantes una cárcel le dio el tiempo para escribir “El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha”. Cada artista se ha valido de algún pretexto –o una aparente adversidad- para ser él y para darnos su mensaje. Tú, ¿qué mensaje nos traes? Anímate a ser y deja el parecer. Goza el ser tú mismo, libre y desinhibido, fuera de los cánones del “Debe ser” o “Deber ser”, te sorprenderás del resultado y podremos enriquecernos con tu gran regalo.

Ernesto Duarte nos obsequió una hermosa canción titulada: ¿Cómo fue? que ha sido necesariamente incluida en infinidad de serenatas de enamorados galanes que desean transmitir su emoción a su amada. Nos intriga y deseamos saber ¿cómo fue? No importa, lo que sí es importante es que sucedió, ¡que dejamos –o facilitamos- que sucediera!

Permite que sucedan muchas cosas importantes, hermosas, gozosas en tu vida, sencillamente déjate ser -sé tú mismo-, no intentes imitar a nadie, no sigas métodos o modelos. Tienes un gran e importante mensaje que transmitirnos, cosa que sólo podrá darse si eres tú mismo, esencial y completamente tú. Por favor no nos prives de tu mensaje.

Juega, esta es una buena manera de sacar en libertad a tu niño interior.

Inténtalo, haz lo que creas necesario, no te preocupes –ocúpate-; guíate por tu deseo, por tu intuición y podrás lograrlo. Tus aportaciones enriquecen al universo, este las necesita para estar completo y ser más hermoso. Además la pasarás muy bien y te divertirás mucho.

Después de terminar tu faena –de entregarnos tu mensaje- te sentirás feliz y nosotros agradeceremos y disfrutaremos tu legado; podrás descansar satisfecho. No importa ¿cómo?, ¡habrá sucedido!



Autor: Fernando Jorge García Asomoza