El
gozo vital no tiene edad
Pérdida del empleo, pensión por retiro, no hacer lo
que uno ama… Son matices de lo mismo. No se ha puesto aún el acento en la
calidad de vida que da el ir tras un ideal, consumir la vida en lo que es su
verdadera misión o sentido. ¡No poca importancia tiene esto!
La vida, ¿Qué es la vida? ¿Cuál es su sentido y razón?
Respuestas aquí habrá muchas y cada una de ellas estará no exenta de razón. Lo
importante para nosotros –los seres humanos de este tiempo- es vibrar desde
nuestro centro, hacerlo desde nuestra esencia. Logrado esto vamos por buen
camino.
Si la calidad de vida no es una realidad para
nosotros ahora, no importa perder el tiempo en tratar de entender porque fue
que las cosas se han dado así y estamos en esa precaria situación; importa
cambiar de inmediato, y para eso sólo la conciencia de ¿quiénes somos? Y de ¿qué
hemos venido a hacer en esta vida? Es lo único importante. ¡Nada más!
Una persona que ha encontrado su esencia y se mueve
desde su centro -desde su interior- no deja espacio para que su vida se maneje desde
afuera por otros; sean estos los que sean. Sabe quién es él, se valora, y actúa
en consecuencia. Se dirige hacia donde él lo ha decidido, no dejando espacio
para lo que ha desechado en su plan de viaje.
¡Con estas razones pongámonos en marcha! Pero,
¿Cómo? Sugiero reflexionar sobre lo siguiente:
1.- Reorganiza tus prioridades. Pon como la primera
responder a la pregunta: ¿Quién soy? Esta respuesta quizá te tome algún tiempo
encontrarla, no importa ¡ya estás en el camino!
2.- ¿Qué es lo que más amas hacer? Supón que ya está
resuelto tu aspecto económico, ¿A qué te dedicarías? ¿En qué invertirías tu
tiempo? Aquí es conveniente tomar las primeras ideas o los primeros
sentimientos que surjan, por muy locos que parezcan; es más, entre más locos serán
seguramente más reales y aunque a primera vista no tengan sentido; lo más
probable es que estén fuertemente conectados con tu esencia. Es importante aquí
ser responsable, no cabe aquí la broma o el disparate a todas luces expuesto.
Te darás cuenta de que aunque te parezca extremo o imposible lo que te llega
por respuesta, si tiene conexión con los demás, con tu comunidad, con la
sociedad en general; esa será una magnifica señal de que vas encontrando tu razón
de ser, tu misión.
Una vez que tengas estas dos respuestas, serás consciente
de que la primera te sitúa como un ser poderoso, capaz de lograr lo que se
propone. Si no es esto compatible con lo que tienes por respuesta al punto uno,
entonces aún no sabes ¿quién eres? Sigue buscando la respuesta… todavía no la
has encontrado.
La respuesta –o respuestas- a la segunda pregunta
te indicaran en donde te realizas como persona y aportas lo mejor de ti mismo
para todos los demás.
¿Cómo podrá ser productivo el que yo tome mi caña
de pescar y me vaya solo al lago, o al río? Si acaso podré sacar algunos peces
para mi alimento durante algunos días. Pero, ¿vivir de eso? ¡Sí! Ir solo con tu
caña al río te pondrá en el ambiente de alta y muy adecuada vibración positiva
que clarificará tu corazón y tu mente. De ahí saldrá todo lo demás. En la paz y
la alegría que te provoca esta placentera labor, verás claro el camino para
hacer productiva esta actividad y todo lo ligado a ella. Se te ocurrirá
compartir tu gusto por pescar y te verás comercializando arte relacionado con
la pesca. O vendiendo productos para pesca deportiva, o escribiendo libros y
realizando cursos sobre este apasionante arte. Tal vez decidas montar un café gourmet
para pescadores, en donde –ente otras buenas cosas- puedas recibirlos al
regreso de sus jornadas de pesca para guisar los trofeos que hayan conseguido y
amenizar sus emocionadas pláticas con exquisitos caldos a los que tan
aficionados somos los pescadores. Y si el día de pesca no fue bueno y nada se
pudo traer en la cesta (que como la vida, también es así la pesca y esos días
existen) entonces podrás ofrecerles para recuperarse del mal rato tu carta, en
la cual habrás dispuesto los manjares que les alegrarán y harán olvidar el
desagradable incidente. ¿Te das cuenta? Ves
como cuando te sientes feliz haciendo lo que más amas –que debe ser tu estado
natural permanente- todo fluye para bien y se te ocurren las mejores ideas y se
ven claras las soluciones para cualquier problema. Esto no ocurrirá desde la tensión
o la depresión provocada por sentir sólo el problema y dejarse abrumar por él.
Este ejemplo de la pesca sólo representa cualquier
otra solución que naturalmente surgirá cuando tú estés en la frecuencia de
claridad y aceptación adecuada. Puede ser cualquier otro asunto o actividad: tu
afición por las motos, los autos, los globos aerostáticos, los viajes, el buen
comer, la cetrería, la caligrafía, la música, la carpintería, o lo que habita
realmente en tu corazón.
Calidad de vida es la clave. ¡Sobre ella debe girar
todo!
Recuerda: No es la falta de dinero lo que te impide
llevar a cabo tus proyectos vitales, es la falta de claridad sobre conocerte y
saber lo que realmente deseas hacer; sobre lo que te realiza. El dinero o su
ausencia no es la causa –nunca lo es-, es más bien consecuencia de creencias y
patrones mentales adecuados; de una autoestima sana que te hace sentir
merecedor y digno de recibir, de tener y de disfrutar. ¿Estás ahora de acuerdo
con esto?
La pensión por retiro trae una gran trampa en la
aparente seguridad económica que puede dar a las personas que ya debieran
disfrutarla. La actividad –casi siempre relacionada con la necesidad de
trabajar- al decretarse la pensión o la jubilación (términos técnicos contables
más o términos menos), se ve como no necesaria; lo que abre la puerta a los
demonios. Sí, a los demonios de la depresión, del fastidio, del aburrimiento, a
la falta de objetivos y de tareas por realizar –que al no sentir la obligación
de hacerlas-, acaban con la paz, con la salud y con todo lo bueno que puede
tener un ser humano pleno.
Es triste, pero no son pocos los pensionados
deprimidos que pasan el día acostados –viendo la TV- sin alicientes y con
grandes bolsas de medicinas que les recuerdan los padecimientos –también no
pocos- que les han sido decretados con la sentencia: de por vida. Pero si precisamente
ese estado es el que le amenaza y arranca la vida. ¡Fuera de la cama! ¡Fuera depresión!
Para esta la única medicina es la acción. Salir inmediatamente de la cama y
ponerse a hacer lo que más nos realiza. Aquí se da un punto difícil, pues el
ser humano deprimido, ya parece no encontrar la salida y por lo mismo nada
parece poder volver a motivarlo a la acción, a la terapéutica actividad que dará
sentido y color a su vida.
Lo mismo es válido para la pérdida del empleo a
cualquier edad. Más ahora que nuestros jóvenes al no ser educados para ser
emprendedores, salen directamente a las filas del desempleo.
De la misma manera lo expuesto aquí es igualmente válido
para quien tiene un empleo que aborrece, que desea cambiar y que no se atreve a
hacerlo por la pretendida seguridad que siente que le ofrece.
En esto -desde los jóvenes- los seres maduros y
desde luego nuestros venerables ancianos, deben estar atentos y prender
oportunamente las luces y sirenas de alarma; para evitar caer en las garras de
la inactividad que compromete definitivamente su calidad de vida.
No hay duda: ¡Es la actividad la que nos hace
felices!
Autor: Fernando
Jorge García Asomoza
ÍÎÏÐ Ë ÑÒÓÔ
Tzakapu, Michoacan