viernes, 31 de octubre de 2014

Ocurrencias del Señor García… -Filípica de un disonante-


Harto de mentiras busca la verdad

 
El Señor García es un buscador nato, le gusta gastar los zapatos en sus averiguaciones; indaga, investiga y acaba pescando. Sí, a él le gusta atrapar realidades y sacar de su anzuelo la inmundicia que las aguas con alguna frecuencia le ensartan en el arpón.

Su paciencia es infinita por eso pesca. Mas sabe disfrutar cada instante y para eso lleva su pipa y su licorera en el chaleco. “El diablo sabe a quién se le aparece…” se le oye comentar.

El Señor García se encontró a la verdad desnuda en medio de un río y se acerco a platicar con ella.
¡Hola Señora Verdad! Y la verdad que no es grosera ni presumida le contesto: ¡Hola Señor García!
-Qué bueno que la encuentro, y más desnuda, ya que todos platican de usted y siempre la visten con ropas de todo tipo…
-Sí, me doy perfectamente cuenta de eso, pero como puede ver yo soy nudista de corazón.
-¡Qué bella es usted!
-Gracias Señor García es usted muy gentil, así es; soy bella, no podría decir lo contrario ya que no sería lo que soy, no olvide usted que yo soy la verdad.
Veo que usted no se esconde –le dijo el Señor García a la verdad- y pasea tranquila por todos lados.
-Sí, no tengo miedo y por eso me ve en cualquier lugar siempre libre y despreocupada.
-Usted sea dicha (en alusión a su interlocutora) las conversaciones frecuentemente la involucran, se habla tanto de usted; está en boca de todos y creo que en realidad muy pocos se han atrevido a verla, muy pocos la conocen. Quizá la evitan al verla desnuda.
Puede ser -dijo la verdad- ya que ver las cosas como realmente son es algo que espanta a la mayoría, parece que les gusta mantener los dogmas con los que han sido educados; ¿no le parece así Señor García?
-Sí, creo que así es… Las personas se han acostumbrado a ponerse mascaras para sentirse seguras y han terminado quedándose pegadas a ellas, ¡es triste!

-Es muy confortante conocerla, da usted mucha paz y descanso al alma.
-Gracias nuevamente Señor García, es usted valiente y por eso se ha atrevido a acercarse a mí al verme reflejada en el rio, pues en realidad yo vivo dentro de usted y mi luz a través de sus ojos limpios sólo ha reverberado en el agua y por eso me ha podido conocer.  

El Señor García –que no es tonto- dio un salto a su interior para ver directamente a la verdad. No sin antes decir como Sor Juana Inés de la Cruz: “Hombres necios…


Autor: Joaquino Calamaro.



 
Mulino di Tromba d’aria, Ortosertucha.

lunes, 20 de octubre de 2014

De duendes...



El bosque, lugar en donde acostumbran vivir los duendes es hermoso, es un universo completo. Es grande, alto, solemne, lleno de vida y de misterios...

En una ocasión varios duendes celebraban una reunión en un claro escondido del bosque. Una cascada cristalina cantaba para que no oyeran los demás su interesante plática y al convertirse en río, llenaba generosa sus vasos para refrescarlos. Esto sucedía así porque los duendes son seres muy listos y tienen muchos amigos.

La culpa del desorden es del tiempo, porque va muy deprisa... Dijo uno.

¡No! Te equivocas, yo tengo muy bien estudiado el caso y la culpa del desorden es del viento, porque se distrae y no sopla cuando debe... Dijo otro.

¡Boberías! Dijo un tercero malhumorado y algo cansado. La culpa de todo el desorden la tiene el corazón, porque todo lo desea. En el deseo desmedido del corazón esta el desorden.

¡Ahaa! ¡Uhmm! Exclamaron los demás duendes ahí reunidos.

¡Tienes razón! Dijo el duende que tenia la barba más larga. ¡Definitivamente, tienes razón!
 

Autor: Fernando Jorge García Asomoza
 

viernes, 10 de octubre de 2014

Ocurrencias del Señor García… -Ma non troppo-

 
Te lleva… Sí, ¡pero te trae también!

 
Rondaba el Señor García por su solar, cuando cayó en la cuenta de que por ser de noche no era fácil distinguir los colores de las cosas, no así sus olores y textura, e incluso su sabor. Parecía también que la noche purificaba el sonido. “¡La luz pinta los colores!” Carajo, ¡es así! Y entonces se dio cuenta, lo sintió, una luz había salido de él; misma que pintó su mundo.
Siguió su ronda cantando y bailando de alegría, la luz que salía de él le hacía ver todo con más intensidad y detalle. Y al proyectar su luz interior daba color al orbe, pero también se percató de que la luz que de él emanaba no sólo pintaba los colores del universo, sino que también lo modelaba… ¿Cómo? ¡La luz contiene información y es harto poderosa! Y la luz que yo emito porta mis ideas, deseos y emociones; ¡se materializa! ¡Es magnífico! Y comenzó a jugar con sus creaciones, gozaba al hacerlo y bendecía su descubrimiento.

De noche el Señor García creó un día luminoso y vibrante. Puso y quitó lo que quiso, todo a su antojo y nada de lo que le podía disgustar permanecía. Y también deshizo el tiempo.      

Al Señor García se le ocurrieron muchas cosas y sacó de su mundo las moscas, los moscos y las cucarachas, no así a los otros insectos. Quitó muchas cosas a las que no se había acostumbrado y puso muchas otras nuevas. Colocó por ejemplo macedonias y platones con chocolates.
Muchos al pasar le gritaban: “Oiga Señor García, está usted con sus caprichos atentando contra el orden, mire que va a desbalancear el mundo y se le va a caer el teatrito. Fíjese bien lo que hace porque le va a salir caro levantar lo roto y limpiar el caos que tendrá…
El Señor García les saludaba y sonreía cordialmente. Fue importante para él respetar las creencias y miedos que los demás portaban en su luz, total –dijo- si algo no me gusta; siempre puedo cambiarlo.



Autor: Joaquino Calamaro.
 
   
Alcayola da Verasera, Rivasarta.