jueves, 6 de agosto de 2015

No apagues la tele... ¡Porque te me desapendejas!

 
También por los ojos y los oídos nos alimentamos
 
 
Hay televisores por todos lados. Los hay de todos los tamaños, ahora los hay hasta inteligentes -¡menuda contradicción!-, inician ya los de pantalla curva y desde luego elevado costo.
Hace unos meses con el pretexto del apagón tecnológico el gobierno mexicano regalo pantallas de televisión digital a una buena aparte de la población, especialmente a los ancianos.

¿Por qué la omnipresente televisión? ¡Cuánta distracción!
Mucha razón tiene quien ha dicho que en el mundo la verdadera Secretaría de Educación Pública es la televisión, así es.   

Pensar exige esfuerzo, ver la televisión no. Comprometerse con un ideal, requiere pasión y mucha energía; ver la televisión no. Buscar la soledad y el silencio del mundo occidental para meditar parece ser difícil, ver la televisión no; solo hay que encenderla y dejarse llevar… ¡Nada más!

No, no apagues la tele… ¡Porque te me desapendejas! Y quizá incluso, te llegues a dar cuenta de que: ¡la muerte no existe!


Escrito en el XXI aniversario del paso interdimensional de
María Cristina Treviño Valdés.


Autor: Fernando Jorge García Asomoza


Tzacapu, Michoacán, A los seis días del mes de agosto del año dos mil quince.

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