Pedro Calderón de la Barca. La vida es sueño.
Hoy vivo el último día de mis sesenta y dos años, mañana despertaré seguramente con las tradicionales mañanitas…
¿Y cómo sabes que despertarás?
Excelente pregunta, que puede sazonarse con otras como: ¿Qué es estar despierto? ¿Qué tan despierto se puede estar? ¿Quién duerme? ¿Qué sueño soñamos?
Con la claridad del Ángelus, la luz meridiana nos ayuda a clarificar las cosas iluminando y disipando las sombras y los temores que estas provocan.
Gran cosa es despertar para estar realmente haciéndose cargo de la Vida, no para imaginarla sólo como en el sueño. No para ser sólo un espectador.
No has definido que es estar despierto, por lo tanto ¿Cómo puedes hablar de despertar?
Valga pues para esta cavilación la definición del diccionario. Este en primer término nos dice que es: Dejar de estar dormido. En su tercera acepción nos indica: Hacer que alguien se percate del engaño o la falsedad en la que está sobre algo y tome conciencia de la realidad. Estas dos definiciones nos bastan para trabajar en esta reflexión.
Dormir es necesario ya que nuestra naturaleza corporal descansa y se regenera, por eso una parte importante del día la dedicamos a ello. Permanecer dormido es un triste error, cuando no deplorable enfermedad. Y cuando no queremos ver el engaño o la falsedad, porque nos da miedo, es una fuga; es no enfrentar la vida y lo que esta trae con ella.
Todo indica que el miedo se para delante de nosotros para estorbarnos y obligarnos a detener la marcha; de ahí la conveniencia, cuando no la franca necesidad de traspasarlo, una vez hecho esto, el miedo desaparece, ¡ya no existe!
Bien visto el miedo acaba siendo un aliado para crecer como personas, ya que nos obliga a sacar lo mejor de nosotros y a tirar el lastre.
¡Despertar! Dejar atrás el sueño para vivir la vida consciente y responsablemente. Para fluir con ella y que nuestra alma vibre al máximo.
En la segunda acepción de despertar podemos salir del engaño, de la falsedad. Importancia capital tiene esto sobre todo cuando la educación recibida se basa en una muy buena cantidad de mentiras. Recordemos ahora someramente algunas de las importantes áreas de nuestra vida que están colmadas de mentiras: la política, la economía, la religión, la ciencia, la educación, la historia, la salud; no es necesario nombrar más –que las hay-; bastan estas por ahora, para el fin que nos ocupa.
El poder esta en nosotros mismos, nuestra verdadera fuerza emana desde nuestro interior; desconocer esto es distraernos y ceder el poder a otros que siguiendo a su propio interés nos dirán que es lo que debemos buscar y en donde buscarlo. ¿Te das cuenta de que eso es exactamente lo que como humanidad hemos venido haciendo desde tiempos inmemoriales? Basta reflexionar en este momento sobre algunos temas vitales:
Ø> La salud mundial no la están manejando los médicos, estos sólo están recibiendo órdenes y lineamientos que no deben desobedecerse; de burócratas a modo que no saben de salud.
Ø> Se destroza a la vista de todos la economía mundial, no hay país exento, mientras la solapada acción de los gobiernos de todas las naciones –supuestamente soberanas- sólo deja pasar en forma dolosa y cómplice el tiempo…
> > El común de la gente que atemorizada ha perdido de golpe su libertad y sus derechos fundamentales, -parece no ver, no pensar, no razonar- y si favorecer lo que les daña siendo los primeros en colaborar para su propio exterminio.
Y la lista de reflexiones de importancia capital continua… ¡No se trata de espantar, todo lo contrario! Se trata unicamente de despertar. ¡Despertar! Sí, salir de un largo sueño que desde hace mucho tiempo la radio, la televisión, el cine –entre otras muchas estrategias- han favorecido; para dejar en los tiempos recientes la abundancia de información falsa, abiertamente tendenciosa a cargo de la Internet y de las redes sociales; forzando argumentos, relatando a su conveniente manera los hechos, o repitiendo las palabras deformándolas intencionadamente han logrado que estemos desinformados paradójicamente en la Era de la Información. En verdad la mejor manera de ocultar algo es ponerlo al frente de todos a plena luz del día, con la debida estrategia para que todos duden de lo que ven y deformado se les presenta. Mucho ya se ha desvelado y teorizado sobre esto.
¡Buen negocio es despertar!
Como humanidad nos jugamos demasiado al permanecer dormidos.
Si no lo hacemos por nosotros, nuestros hijos si son razón y valor suficiente para despertar y actuar en consecuencia. No habrá herencia positiva alguna si no lo hacemos, además el buen ejemplo es también un legado que merecen y esperan.
Por tus hijos y los que tras ellos vendrán, por ti y por mí: ¡despertemos! ¡Despertemos ahora!
Autor: Fernando Jorge García Asomoza.
Tzakapu, Michoacan. Septiembre 29, 2020.
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Estamos viviendo tiempos que nos hacen cambiar los paradigmas hasta ahora imperantes, así la colaboración y la cooperación sustituyen ya a la competencia atroz. La solidaridad nos permitirá a todos salir juntos adelante siempre en tiempos inciertos; especialmente cuando se está revisando y replanteando todo nuestro sistema de vida y de valores.
No he puesto aún precio a estos escritos que te comparto, tampoco estoy pidiendo limosna. He sido, soy y seré siempre un hombre que trabaja y que vive de su trabajo e ingenio. Lo que aquí recibes, ves y lees es trabajo.
Ahora solamente pongo mi sombrero boca arriba como los músicos, cantantes, danzantes, mimos y artistas todos; que actuando en las plazas públicas reciben la cooperación de los espectadores que disfrutan de su actuación, de su obra.
Es –esencialmente- un intercambio de energía que se presenta en varias formas tanto de ida como de vuelta; de eso es de lo que hablo.
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